Lo único que se le pide a la gente es siempre preguntarle a Jesús: “¿Cómo quieres que te ofrezca? ¿Qué puedes pedirme que haga? Jesús es capaz de hacer maravillas indiscriminadamente porque sabe en qué parte del programa de Conciencia nuestros beneficios podrían ser más útiles. Él ve todo a vista de pájaro, a vista de espíritu.

El hacedor necesita que todo esté bajo control consciente. Ciertamente, su atención se centra en la forma más que en la mente. Sin embargo, los milagros son totalmente involuntarios. Estudiar y seguir la guía de la Naturaleza la mayor parte del tiempo es lo principal en lo  un curso de milagros que la gente puede enfatizar nuestra curiosidad. La mayoría de nosotros tenemos ese volumen, porque muchos de nosotros tenemos el texto, o ese vínculo, con el Corazón dentro de nosotros.

Un Curso de Milagros también presenta la idea de los milagros, que se reconocen como cambios en la comprensión que provienen de una anfitrióna de amor y perdón. Los milagros, en esta situación, no son eventos sobrenaturales sino actividades donde las personas ven la realidad en alguien más allá de su confianza y limitaciones. Estas experiencias pueden ser tanto particulares como culturales, a medida que las personas llegan a comprender su naturaleza divina y la naturaleza divina de los demás. Las maravillas se consideran el resultado natural de practicar las enseñanzas del curso.

La clase profundiza más en el carácter del yo, proponiendo que el verdadero hogar no es la vanidad sino la esencia celestial interna que está más allá de las ilusiones del ego. Sugiere que el orgullo es sólo un hogar falso que la gente ha construido basándose en la preocupación y el divorcio, mientras que el hogar real está perpetuamente apegado a lo celestial y a toda la creación. Ergo, Un Curso de Maravillas enseña que nuestro objetivo final es tener presente y reconocer nuestro hogar correcto, permitiendo el movimiento de las ilusiones y miedos del ego.