El hacedor necesita que todo esté bajo control consciente. Ciertamente, su atención se centra en la forma más que en la mente. Sin embargo, los milagros son totalmente involuntarios. Estudiar y seguir la guía de la Naturaleza la mayor parte del tiempo es lo principal en lo que la gente puede enfatizar nuestra curiosidad. La mayoría de nosotros tenemos ese volumen, porque muchos de nosotros tenemos el texto, o ese vínculo, con el Corazón dentro de nosotros.

No trata cuál es su historia, ya que dondequiera que esto pueda ser clave, va mucho más allá de la creencia de una “vida típica” hacia algo que es de lo más asombroso, maravilloso e indescriptible. Realmente un curso de milagros comenzarás y creerás: ¿Cómo sería ver los tiempos sin la sensación de apuntar o preparar algo así? ¿A qué se parecería si no estuviera planeando programar toda mi vida basándose en la comprensión, la codificación y el condicionamiento del pasado?

Avanzar en esta hermosa información garantiza que luego entrará en "la zona" del Curso: volverse tan fuerte y, por lo tanto, dedicarse al ejercicio que, siendo pianista o violinista, no piensa cuando está fuera. "en el escenario." Estás encontrando el ser aplicado como instrumento. Simplemente estás en la zona. Estar en la región implica que te interpretan, te cantan y te sonríen. Puede ser una acción y actividad involuntaria cuando estás alineado con el Espíritu.

La clase profundiza más en el carácter del yo, proponiendo que el verdadero hogar no es la vanidad sino la esencia celestial interna que está más allá de las ilusiones del ego. Sugiere que el orgullo es sólo un hogar falso que la gente ha construido basándose en la preocupación y el divorcio, mientras que el hogar real está perpetuamente apegado a lo celestial y a toda la creación. Ergo, Un Curso de Maravillas enseña que nuestro objetivo final es tener presente y reconocer nuestro hogar correcto, permitiendo el movimiento de las ilusiones y miedos del ego.